Parte de los exponentes más destacados de la escritura local se reunieron en nuestra mesa virtual para beber de los afluentes del pensamiento contemporáneo. Un aniversario más del controversial Premio Nobel de Literatura propició interesantes reflexiones en torno a su obra y figura. Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto nació el 12 de julio de 1904 y en tiempos de pandemia su obra sigue dando que hablar.

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UNA INTRODUCCIÓN POÉTICO-HISTÓRICA

Abel Sandoval Ormeño es sin lugar a duda uno de los referentes más importantes de la poesía angelina. Por la prolijidad de su pluma, su narrativa que describe y al mismo tiempo conceptualiza el mundo, y por sobre todo por la generosidad con la que comparte su sabiduría literaria. Al cumplirse, este domingo 12 de julio, un aniversario más del fallecimiento de Pablo Neruda, Sandoval hace que nos remontemos a aquellas tardes de invierno en la biblioteca pública y sus ciclos de lectura, pero desde nuestro excepcional presente: “A doce días del mes séptimo y en el quinto mes del año de la Pandemia que nos azota en este siglo XXI. Cuando conmemoramos el natalicio del Gran Poeta”. En ese espacio y tiempo se sitúa Sandoval, desde la Isla de La Laja la cual formó parte de la Intendencia de Concepción y cuya capital fue Villa de Nuestra Señora de Los Ángeles.

“Hablar de Neruda es retrotraernos al siglo pasado a ese tiempo de sueños y esperanzas en la construcción de una mejor calidad de vida para el hombre y su entorno. El poeta vivió in situ la guerra civil española, y en su obra España en el Corazón lo deja testimoniado, luego vendría su gran gesto humanitario y por allí el Winnipeg cargado con los derrotados y expatriados republicanos españoles llegando a nuestras costas insuflando una nueva sabia a nuestra sociedad chilena tanto en la industria como en lo cultural. Este poeta excepcional honrado con el premio Nobel de Literatura en 1971 y un Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Oxford. Fue también embajador y senador de nuestro país y en su calidad de tal pronunció en la Sesión del martes 6 de enero de 1948 y en el marco de la publicación de la ley de defensa de la democracia su célebre discurso conocido como el Yo acuso. Así fue como se transformó en un poeta político perseguido por el gobierno de Gabriel González Videla”.

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¿PUEDE LA OBRA SEPARASE DEL AUTOR?

Otra poeta que aceptó gustosa la invitación a este examen actual de la vida y obra de Neruda fue Yeny Díaz Wentén. Para ella unas de las grandes obras del escritor nacido en Parral es Canto General: “Considero que logra conectarse con el sentir americano, en una gran alabanza a los personajes y el territorio de América. La segunda obra que me gusta es Residencia en la tierra, es un libro denso con imágenes oscuras muy bien construidas, es hermosamente oscuro y leerlo en estos tiempos de pandemia provocará a más de alguien sentirse identificado con el hablante. Un hablante que vaga dentro de su dolor y del sufrir del mundo. Esta obra da la sensación de catástrofe y de estar fragmentándote como un vidrio que perdió el orden de sus moléculas al ser reventado por una gran piedra. También me gusta El libro de las preguntas, porque uno podría pensar que es un conjunto lúdico y luminoso de su obra, sin embargo, en estas preguntas nos encontramos frente a la incertidumbre que vive el hablante o el mismo lector que se realiza cuestionamientos constantemente y que tiene múltiples respuestas”. Pero si de escoger entre estas opciones se trata, la respuesta de Yeny Díaz posee aún más riqueza crítica. En su trabajo como docente ha empleado didácticamente algunos de los mencionados poemas (a los cuales caracteriza como preguntones por incitar a la reflexión) con una positiva y entretenida recepción por parte de los estudiantes quienes gracias a ello han podido elaborar imágenes poéticas y desarrollar la creatividad.

“Neruda me parece un personaje importante en el consciente y el inconsciente colectivo, es un premio Nobel y este trabajó ambiciosamente durante toda su vida, casi como un Aquiles que muere luchando por obtener la gloria para ser recordado con admiración y respeto. Sin embargo, y aquí explico lo del inconsciente colectivo, en su obra poética estudiada podemos encontrar elementos misóginos que reconocemos hoy en este contexto, como por ejemplo a la mujer objeto de su deseo sin tener un rol de compañera o de par. Agregar también, que si bien no se ha podido comprobar que el violó a una empleada cuando este se encontraba en un cargo político, es fuerte leer el relato del abuso hacia una mujer en el libro Confieso que he vivido. Para cerrar, y por qué más arriba utilizo la palabra inconsciente colectivo, debido a que más de alguno o alguna pensará que yo como mujer debo estar exagerando con esta opinión o que debería desdramatizar  lo que ha sido una gran polémica con nuestro premio Nobel. ¿Podremos separar al artista de su obra sobre todo cuando trabaja con algo tan potente como la poesía?”

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«LA MUERTE DEL AUTOR»

De igual modo nos acompañó la joven promesa local Giles Castel. En el 2017 comenzó su posicionamiento a nivel país ganando con su creación “La Futura Muerte” el primer lugar del concurso de poesía en el marco del “Carnaval Mil Tambores” que se realiza cada año en Valparaíso siendo uno de los eventos artístico-culturales más importantes de Sudamérica. Su formación como antropólogo le permite un análisis complejo desde parámetros simbólicos y literarios preguntándose acerca del estatus del autor con respecto a su obra y la influencia e impacto de esta en los lectores en el contexto de los múltiples sentidos que conforman los entramados de la cultura.

“Neruda está muerto. Hace bastantes años. Lo que nos queda hoy es su obra. La figura del poeta ganador del balón de oro de la literatura, a ojos del tiempo actual, está siendo resignificada, sobre todo, por sus polémicas declaraciones en Confieso que he vivido. Ciertas perspectivas feministas exigen censurar su obra o, por lo menos, no darle tanta importancia. Difícil tarea para un país machista y que, hasta hace poco, se vanagloriaba de un tercer lugar en una copa del mundo organizada en casa. Roland Barthes en su idea de la muerte del autor menciona que todo texto son citas infinitas de otros textos, ideas entrecruzadas que provienen del pasado cultural histórico. En este sentido, la poesía nerudiana, no le pertenece propiamente a él, sino más bien, a la cultura e historia en general, por esto entonces el autor, al crear, desaparece, muere y por ello, pienso, corresponderá a las sociedades que lo lean, interpretarlo en sus formas y demandas. De Neruda mucho se ha hablado y de su modernismo no dejará de hablarse, ya que su influencia, quiérase o no, perdurará a través de lectores y escritores de aquí y allá. Porque en materia poética el hombre sabía. Amigo de Allende y Picasso, en tiempos que los poetas podían ser senadores. Por fortuna para oficio, las responsabilidades hoy son un poco más modestas. Por ahora los versos más tristes se escribirán de noche y las alturas de Machu Pichu seguirán allí y creo, por unos cuantos años más, seguirá siendo así”.

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LA POESÍA COMO REGISTRO DE LOS SENTIMIENTOS

Tal como ocurriera en el Banquete de Platón cada uno ha enunciado un discurso particular esbozando desde diferentes perspectivas la naturaleza, esencia y propiedades acerca de lo bello y el amor. En este caso, mediante la poesía. El angelino Nicolás Águila aportó con su concepción de lo poético como posibilidad de registro sentimental, un argumento que se sostiene en imágenes, vivencias, dolores, y amores que se guardan en fotos, videos, letras. Para Nicolás eso es el arte, al margen de la disciplina se trata de algo que no muere y vive en los recuerdos. Hoy trabaja resucitando poemas antiguos para su próximo libro que estará compuesto en parte por escritos de su adolescencia, material recuperado desde viejas carpetas y contenedores que dan cuenta de sus primeros registros sentimentales. Hojas llenas de amor a la poesía.

“La obra de Pablo Neruda que más me gusta es Crepusculario. Básicamente porque es el nacimiento de un gran poeta, se ve en esos versos un impulso poético impresionante. Una fuerza creativa privilegiada, digna realmente de un hombre, nacido y hecho para la poesía. Versos sencillos pero cargados de sentimientos, momentos, sensaciones. En ese libro se ve la gran mente y creatividad que Pablo Neruda tenía. Para mí es el mejor libro. Sin duda un clásico de nuestra poesía. Es el nacimiento de nuestro segundo premio nobel, un revolucionario en la poesía, un gran orador, un tremendo escritor y un hombre que dejó un legado importantísimo para los poetas de las generaciones futuras. Un poeta que plantó bandera en todos los lugares a los que fue. Un chileno de exportación. Unos de los más grandes poetas del mundo”.

Como siempre Abel Sandoval toca de primera sintetizando universos discursivos y proponiendo en pocas líneas disparadores a cavilaciones infinitas e invitándonos a sumergirnos en la obra del poeta y otrora político: “Neruda es y será siempre el poeta por excelencia que con su pluma plasmó malos y buenos versos dejando un testimonio único de su existencia, de la sociedad y de la política del siglo XX. Sin embargo, como nos lo dice el estudioso Jaime Concha [Todos los nerudianos fervientes sienten que la mejor obra por él escrita es RESIDENCIA EN LA TIERRA.  Allí se expresa la substancia ética primaria del hombre residenciario en la doble limitación del rechazo y la frustración.  Rechazo a la sociedad, a su onerosa forma de esclavitud, a la hipocresía congénita de la convivencia.  Frustración para dar sentido a la existencia individual y de hacer la propia vida creadora.”. A su vez el profesor Hugo Montes dice: “La liberación del inconsciente se acentúa en Residencia. Una y otra vez la poeta suelta «sin querer» el canto de las noches de su siquis más profunda. Afloran en borbotones a la palabra poética sueños y ensueños. La concatenación lógica desaparece y es sustituida por una ordenación distinta, la residente en el hondar recóndito del yo] Pues mi desafío para los lectores de esta nota es invitarlos a leer esta obra extraordinaria de nuestro Pablo Neruda”.

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Abel Sandoval Ormeño formó parte de las filas del Liceo de Hombres A-59 de Los Ángeles. Cursó estudios de sociología en la universidad de Concepción y además se tituló como profesor por la PUCV. Su poesía lo hizo trasncender como columnista en Diario La Tribuna. Entre sus principales trabajos destacan: «Arcoiris» (1980), «A la luz de mi copa» (1983),  la antología «Poesía en vuelo» (1988), «Escritos para un día nuevo» Ediciones RIL 1999 y «Mi palabra» 2013  Ediciones RIL.

 

 

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Yeny Díaz Wentén, (Los Ángeles, 1983). es profesora general básica, egresada de la Universidad de Concepción, sede Los Ángeles. Cuenta con 3 libros a su haber, Exhumaciones (2010), Animitas (2015) y La hija de la lavandera (2018). Realizando la presentación de este último en FILSA 2018. Actualmente se desempeña como docente en la Escuela José Manso de Velasco.

 

 

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Nicolás Águila (Los Ángeles, 1984) se inscribe dentro de una tradición bien delimitada en el ámbito de la poesía chilena Contemporánea. Su obra transcurre dentro de una imaginería de símbolos de la poesía fija en la memoria de este joven autor. Así es un bestiario de sombras, en donde las palabras elegidas en su escritura se reencarnan en la voz del poeta con el objetivo de transmitir sensaciones y también, confluyen ciertos signos en donde involucra el lenguaje de la Naturaleza.

 

 

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Actualmente el poeta Giles Castel tiene 25 años y ya cuenta con una solida formación como cientista social. Uno de los autores que lo ha motivado es Enrique Lihn. «La Futura muerte», poema que lo llevó al reconocimiento fuera de la provincia aborda el desaliento de los tiempos que se avecinan, según el propio autor. La acción humana merece para Castel profunda meditación y análisis.

 

 

 

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Más información de estos y otros artistas, exponentes de diferentes disciplinas y que han destacado por sus obras dentro y fuera de la provincia de Biobío, en el sitio web www.artistala.cl