Pese a la pandemia, las clases se desarrollaron durante el año a través de un aula virtual que permitió además mantener la asistencia de años anteriores.

 

Una de las cosas que marcó el año 2020 fue el traslado de muchas de las actividades habituales al mundo virtual. Los estudios, el trabajo y la recreación a estas alturas ya parecen  ser algo normal de realizar a través de plataformas digitales. 

Aunque impensado al inicio de la pandemia, realizar actividad física o formarse en disciplinas asociadas al movimiento del cuerpo de manera online también fue posible. Tal como lo hizo la Escuela de Ballet Municipal de Los Ángeles, que con mucho trabajo pero también mucho éxito realizó su temporada 2020 a través de su aula virtual.

Elizabeth Torres, directora y docente de la escuela, reconoció como un “gran desafío” lo que este cambio implicó “tanto en términos de estrategias pedagógicas como técnicos, por la disponibilidad de dispositivos y acceso a internet”. Siendo esta última, una de las primeras acciones: identificar la accesibilidad real de sus alumnas. 

Así fue como más de ochenta niñas y adolescentes de los siete niveles confirmaron su participación para “asistir a clases”. Y finalizaron la semana recién pasada su proceso formativo 2020 a través de distintas muestras virtuales a las que pudieron asistir docentes, apoderadas, apoderados y -por primera vez- familiares desde distintas partes de Chile y el mundo.

Una de las alumnas es Lucía Restrepo, de seis años y perteneciente al nivel de pre-ballet, quien pudo compartir este momento con su abuelita que se encuentra en España. Respecto al aula virtual señaló que “a veces era un poco malo porque sonaba mal la conexión” pero indicando que una de las cosas que más le gustó fue “tener compañeras y aprender a mover la pierna porque ahora la puedo levantar como una bailarina de verdad”.

En tanto, para Mia Silva -de 14 años-, también significó una manera de dar cara al nuevo e incierto panorama: “participar en la Escuela de Ballet fue como una súper llamada porque debido a la pandemia no estaba pasando por un buen momento y me sirvió para distraerme con algo que me gusta que es la danza”.

La maestra Elizabeth Torres declaró que parte de esta buena recepción y resultados de tener clases remotas se debió a que las niñas ya estaban con este sistema en los colegios por lo que no fue difícil para ellas adaptarse y apunta en este aspecto a la buena disposición de las alumnas.

Tal es el caso también de Laura Fuentes de 13 años y quien practica esta disciplina desde los seis. Aunque Laura reconoció extrañar la presencia de la profesora y sus correcciones en vivo de los ejercicios y posturas, destacó que todo funcionó muy bien y especialmente la muestra final que “permitió que muchas personas pudieran ver desde muchos lugares distintos”.

Lucía, Mia y Laura coinciden en que desean seguir participando de la escuela de manera virtual y , para este año las proyecciones indican que al menos durante el primer semestre las clases continuarán de manera online y se evaluará otra modalidad en cuanto la situación sanitaria lo permita.