Estudiantes de los tres niveles rindieron examen a través de la virtualidad de internet. La experiencia continúa consolidándose a punta de ingenio, creatividad y disciplina. Una veintena de obras fueron producidas transformando casas en salas de ensayo y puestas en escena.
Vivimos una particular época de la humanidad, por el azote de la pandemia. Hay mucho para decir y dejar testimonio. Es sabido y sentido por los y las actrices en formación de la Escuela de Teatro de la Corporación Cultural Municipal de Los Ángeles. Durante todo el semestre han trabajado en clases virtuales de modo que al llegar a la instancia de la evaluación mostraron dominio de los dispositivos audiovisuales dando cuenta de cómo amalgama cada vez mejor la práctica escénica con las nuevas mediatizaciones.
Las evaluaciones se realizaron en última semana de agosto. Para los tres niveles la dinámica consistió en exponer piezas audiovisuales previamente producidas por los y las estudiantes. En ellas construyeron relatos a partir de la adaptación de obras, lecturas dramatizadas y la puesta en escena de textos propios.
El examen para primer año consistió en poner en práctica conceptos básicos para la comprensión del texto clásico (o texto de la palabra) como las nociones de teatralidad y cuerpo desde enfoques antropológicos y multiculturales. Para ello fueron adaptadas tres obras del teatro clásico chileno universitario de la década de los cincuenta y sesenta: “Parecido a la felicidad”, de Alejandro Sieveking; “El Toni chico”, original de Luis Alberto Heiremans; y “Deja que los perros ladren” de Sergio Vodanovic.
En pruebas finales del segundo y tercer nivel quedó de manifiesto la importancia de poner en equilibrio entre el proceso y el producto u obra. Especial atención merece la conciencia del cuerpo, en relación a la energía y espacio, para determinar su valor en la creación. Se trabajó en base a partituras coreográficas, la noción de tiempo, dramaturgia corporal y estructura dramática. Así, fueron abordados mecanismos y procesos de experimentación con miras a lograr la concreción del cuerpo performático en equilibrio con el espacio escénico y los objetos que lo conforman.
Siguiendo los objetivos de la Escuela de Teatro de la CCMLA, los y las estudiantes pusieron sobre la mesa los temas de su interés y en los cuales retomaron inquietudes sociales. Vivir en un contexto de pandemia gatilló la producción de discursos propios en torno a temas de salud mental, confinamiento, y cruce de clases sociales.